miércoles, 29 de enero de 2020

CARTA DE LA ANSIEDAD (por María Molina Marín)


¡Hola! Soy la ansiedad, no te asustes… vengo en son de paz.  Por cierto, ¿por qué te asustas tanto ante mi presencia?
Sé que te sientes fatal cada vez que aparezco, que si pudieras, me matarías, sobre todo porque crees que yo soy la que te quiere hacer daño o volverte loco, pero créeme, no estoy aquí para eso. Si no lo he hecho ya, no lo voy a hacer. Esa no es mi idea.

La verdad es que aparezco y te hago sentir todo eso porque no había logrado encontrar otra manera de hacerme escuchar por ti. Estabas tan ocupado tratando de ser exitoso, productivo y demostrarles a los demás que eres digno de ser amado, que no escuchabas mis pequeñas señales: ¿Recuerdas esa vez que te dio un dolor de cabeza? ¿O cuando tuviste insomnio por más de 2 horas? ¿O esa vez que sin razón aparente te pusiste a llorar? Bueno, pues todas esas veces era yo tratando de que me escucharas, pero seguiste con tu ritmo de vida, con tu misma manera de pensar… Entonces intenté algo más fuerte: hice que te temblara el ojo, que se te taparan los oídos y que te sudaran las manos… pero tampoco me oíste. Y te desesperabas, porque “no entendías” con tu mente racional lo que estaba pasando; y claro, con tu mente racional no me ibas a entender.
Así es que por eso me he rendido y decidí escribirte.

Y te felicito por estar aquí porque significa que ya tienes el valor de escucharme, sin máscaras, sin atajos, sin pretensiones. Y espero que estés listo, pues ya es tiempo de evolucionar y crear cambios muy profundos dentro de ti, pues, por alguna razón, en realidad no estás disfrutando de tu vida y no te sientes pleno. Cada vez que yo aparezca en tu vida, será porque tú mismo no te has dado cuenta de ello, así es que si vuelvo a aparecer, no te asustes… mejor agradéceme que llegué y escúchame.

Y si realmente me escuchas, no tardarás en hacer los cambios que necesitas hacer en tu vida. Y tal vez no sea nada fácil, pues todos tendemos a seguir en nuestra zona de confort, en vivir con “lo conocido”, aunque eso conocido nos haga daño.
Cambios que implican dejar de buscar la aprobación y aceptación de los demás, de responsabilizar de tu persona a otros. Necesitas asumir que eres responsable de ti y que solamente tú me podrás escuchar, y cuando yo vea que ya me hiciste caso, que estás haciendo esos cambios en tu vida, me iré. Solamente tú puedes hacer que me vaya.

¿Por qué te explotas? ¿Por qué te exiges tanto? No entiendo por qué lo haces… si tienes toda la capacidad que necesitas para crear tu propia realidad, pero te tratas como tu propio esclavo, eres demasiado severo contigo mismo… y estoy aquí para pedirte que simplemente dejes de hacerlo.

En conclusión, si hoy estoy aquí, es porque me necesitas.
Necesitas de mí para modificar tu manera de interpretar tu realidad, la cual, déjame decirte, está un poco distorsionada. Necesitas deshacerte de creencias que te limitan, ponerles límites a las personas que te lastiman, dejar ir el enfado que guardas a tus seres queridos y recuperar tu libertad interior.

Cuida tu cuerpo. Necesitas darle el alimento que necesita, dejar de criticar tu físico y agradecerle por lo que te da; haz que sude y que se mueva, ten tus hormonas al día y duerme las horas que necesitas.

Y sobre todo, necesitas de mí para hacer lo que te gusta de la vida, para ser tú mismo, y perder el miedo al rechazo o abandono de los demás.
Así es que ya sabes… si realmente quieres que me vaya, toma el control de ti mismo; pero para recuperarlo, tendrás que aceptar que lo has perdido y dejar que yo me exprese, que salga a decirte, con todos esos síntomas tan horribles, que necesitas un cambio. De lo contrario, tendré que volver más fuerte.
Espero no tener que llegar muchas veces más en tu vida, pero si lo hago… recuerda que no quiero lastimarte, sino todo lo contrario.

Y ya para terminar, ojalá que puedas verme como lo que soy: tu esencia.
Soy tú mismo gritándote con desesperación que me escuches por favor. Así es que hola, yo soy tú, hablándote desde el fondo de tu corazón, desesperado tocándolo para que me pongas atención. Lo que sientes no es taquicardia, soy yo, tu esencia, que quiere salir de ahí.

Con cariño: tu esencia disfrazada de ansiedad.

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 Gracias!!

(Adaptado de Internet por la enfermera de salud mental María Molina Marín a partir de varias fuentes) 


2 comentarios:

  1. Me ha encantado la carta y me he sentido identificada con ella. Sobre todo en estos momentos. Gracias

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    1. Me alegro mucho Amparichu, espero que puedas sacar provecho al blog y te ayuden también los audios y el resto de información. Un abrazo y mucho ánimo en esta etapa, ya verás que todo pasa y saldrás más fuerte y como dice la carta, aprenderás a escuchar a tu ansiedad y hacer los cambios que precisas para ser más feliz.

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