¿QUÉ ES LA ANSIEDAD?
Es una emoción natural experimentada por todo el mundo que se desencadena como respuesta ante una situación de peligro o amenaza real o potencial.
"Es un miedo por anticipado"
Se refiere a un estado interno, algo que sentimos por dentro y que muchas veces es difícil de explicar, pero que quien lo padece sabe que es desagradable.
La ansiedad afecta tanto al cuerpo como a la mente.
Cuando estamos ansiosos podemos tener sensaciones y sentimientos como: miedo, desasosiego, intranquilidad, crispación, preocupación, nerviosismo, angustia……
También podemos tener “síntomas” corporales como tensión muscular, sudoración, temblores, nudo en el estómago, dolor de cabeza, palpitaciones, dolor de pecho …., que pueden hacernos sentir enfermos.
La ansiedad es una reacción normal y sana que todo el mundo experimenta en situaciones de peligro, en momentos de preocupación, de estrés y que puede ser provechosa porque nos prepara para reaccionar y responder adecuadamente ante estas situaciones si fuera necesario.
Niveles moderados de ansiedad pueden mejorar nuestra actuación en momentos difíciles y pueden mejorar el rendimiento. Esta emoción moderada nos ayuda a superarnos y a enfrentarnos a situaciones nuevas estando más atentos, reaccionando con mayor rapidez, tomando precauciones, etc.
El temor ante un examen, la intranquilidad producida por un viaje en avión, la preocupación ante un perro desconocido, el miedo al fracaso ante una prueba... podemos considerarlas reacciones normales.
¿CUÁNDO SE CONVIERTE LA ANSIEDAD EN PROBLEMA?
La ansiedad puede variar en intensidad o grado desde una ligera intranquilidad hasta una tensión extrema y frecuencia desde una tensión ocasional hasta una intranquilidad constante.
La ansiedad se convierte en problema:
a) Cuando se experimente de una forma intensa y/o constante e interfiere la vida de una persona alterando sus relaciones familiares, sociales o personales.
b) Cuando surge en momentos en los que no hay peligro real.
c) Si persiste después de que la situación de estrés ha pasado.
¿CÓMO SE NOTA LA ANSIEDAD?
La ansiedad es difícil de manejar cuando la vemos de forma global; por eso aprenderemos como notamos la ansiedad según sus componentes con lo cual aprender a estar menos ansioso es más sencillo y nos ayudará a entender mejor la ansiedad como reacción y no como una respuesta automática e incontrolable. (1)
Las tres formas más frecuentes de manifestarse la ansiedad son:
a) LA FISIOLÓGICA: síntomas físicos
· Palpitaciones, aceleración del pulso.
· Dificultad para respirar, suspiros, ahogos, opresión en el pecho.
· Alteraciones digestivas: nauseas, vómitos, digestiones pesadas, diarreas o estreñimiento, dificultad para tragar, aumento o disminución del apetito.
· Sudoración.
· Sequedad en la boca.
· Necesidad de orinar con mayor frecuencia.
· Hormigueo en brazos y piernas.
· Sensación de mareo, vértigo.
· Temblores, tics.
· Dolores musculares, nuca, cuello, espalda.
· Cansancio, fatiga.
b) EL PENSAMIENTO ANSIOSO: Lo que pensamos antes, durante o después de una situación ansiógena.
· Sensación de miedo: a morir, a perder el control. A volverse loco.
· Sensación de estar en peligro de que algo malo va a ocurrir.
· Preocupación.
· Sensación de que las cosas van a suceder de forma inevitable, que no vamos a poder controlar nuestras reacciones.
· Sensación de indefensión.
c) LA CONDUCTA:
· Disminución del rendimiento, de la concentración que puede interferir en la capacidad para realizar un buen trabajo, concentrarse en una conversación, divertirse y disfrutar.
· Se muestra inquieta o impaciente, la persona ansiosa no se encuentra bien en ningún sitio, tiende a escapar o evitar lugares o situaciones en los que piensa que la ansiedad se va a desencadenar, como por ejemplo grandes almacenes, viajes o salir solo.
(De Barlow, David H.; Craske, Michel G. en “Domine la ansiedad y el pánico”)
Estos tres componentes o formas de manifestarse la ansiedad varían según la persona que la padece e incluso en una misma persona en diferentes momentos.
Por lo general los síntomas físicos suelen ser los que más predominan y preocupan y pueden llevar a pensar que se padece una enfermedad grave.
Por ejemplo si alguien tiene palpitaciones, opresión en el pecho, hormigueos en el brazo y sensación de mareo, puede pensar que está sufriendo un infarto o ataque al corazón. Suele acudir a un servicio de urgencias, especialistas y realizarse todo tipo de análisis y exploraciones, que suelen dar resultados normales, lo cual sin embargo no llega a tranquilizar demasiado, llevando en la mayoría de los casos a consultar a otros médicos, a repetir pruebas, etc. Todo esto se podría evitar si desde el principio se tratara el problema auténtico, es decir la ansiedad.
ANSIEDAD Y ESTRÉS
Los términos de ansiedad y estrés suelen utilizarse con frecuencia indistintamente, ya que las situaciones de estrés nos llevan a sentir ansiedad y por otra parte debajo de alteraciones de ansiedad encontramos acontecimientos estresantes. Podemos, no obstante, señalar como carácter diferencial que la ansiedad es una emoción, mientras que el estrés hace referencia a una situación a la que estamos obligados a adaptarnos, por tanto no se trata sólo de una emoción.
Se puede sentir ansiedad en situaciones que no son estresantes: Todos los trastornos por ansiedad (fobias, obsesiones, ansiedad generalizada, etc.) son reacciones de ansiedad demasiado intensas o demasiado frecuentes para ser explicadas por las situaciones que las provocan.
Si la situación estresante no cesa, pueden aparecer estados emocionales más graves como la depresión (fase de agotamiento) y finalmente la muerte.
El término estrés surge de la dificultad o fracaso del sistema de adaptación del organismo a diversos estímulos externos.
¿QUÉ PRODUCE LA ANSIEDAD/ESTRÉS?
1. Situaciones reales o imaginadas:
La respuesta de ansiedad es parecida al miedo.
Los síntomas del miedo son parecidos a los de la ansiedad. Si el miedo no es demasiado intenso, resulta útil e incluso necesario para sobrevivir en algunas ocasiones. Las situaciones de miedo hacen que tomemos decisiones rápidas y podamos reaccionar adecuadamente para solucionarlo; por eso cierto nivel de miedo es necesario. La ansiedad se produce de forma anticipada al peligro percibido, preparándonos para poderlo afrontar y en este sentido es una emoción adaptativa para el ser humano y como el resto de emociones, cumple su función.
Las situaciones que suponen un peligro, un riesgo o una amenaza, producen ansiedad a casi todo el mundo.
Algunas situaciones que no suponen un riesgo real producen ansiedad a muchas personas.
Vemos como en ocasiones se desencadena ansiedad aunque la situación de riesgo sea mínima o no exista. Hay personas que sienten miedo/ansiedad al subir en un ascensor, en lugares con mucha gente, cuando ven un ratón, un insecto, un perro o las cosas desordenadas.
Es decir, no es necesario que la situación sea peligrosa, basta que nos lo parezca.
Por tanto, cualquier situación, objeto o pensamiento puede producir ansiedad si la persona lo valora como amenaza.
Las situaciones de cambio ya sean agradables o desagradables pueden producir estrés/ansiedad hasta que nos adaptamos a ellas.
Ejemplo: Casamiento, divorcio, nacimiento de un hijo, cambios laborales (un ascenso también puede producir estrés), de vivienda, enfermedad de un familiar, pérdida de un ser querido, etc.
La respuesta puede ser excesiva si nos enfrentamos a demasiados sucesos o a nuevas situaciones a la vez. También cuando la intensidad o el número de cambios supera la capacidad de adaptación de la persona.
2. La sobrecarga:
Cuando estamos sometidos a más exigencias de las que podemos responder. Los factores que influyen son:
·Las prisas, urgencias de tiempo
·Responsabilidad excesiva.
·Falta de apoyo.
·Cuando nosotros mismos o los que nos rodean depositan demasiadas exigencias o responsabilidades.
·Al contrario, la falta de actividad: (Jubilación, paro, que los hijos se vayan de casa) y la falta de estimulación (trabajos repetitivos, monótonos, ver horas y horas la televisión...) es una fuente de estrés importante en la vida actual.
3. Los hábitos dietéticos inadecuados y el consumo de tóxicos pueden aumentar el estrés/ansiedad.
Algunas sustancias como el café, té, bebidas a base de cola, chocolate, contienen agentes simpaticomiméticos que pueden desencadenar o aumentar la reacción de estrés.
En los estados de ansiedad /estrés se tiende a descuidar la alimentación bien por exceso (hiperfagia, bulimia) o por defecto (anorexia), lo que nos puede llevar a problemas de salud y a hacernos más vulnerables al estrés/ansiedad.
El tabaco contiene nicotina que al igual que la cafeína es un agente simpaticomimético que desencadena la reacción de estrés.
4. Los hábitos de sueño inadecuados:
Los estados de ansiedad/estrés pueden causar alteración en el sueño y vicersa. El no descansar adecuadamente repercute también durante el día: alteraciones del humor (p. ej. apatía), cansancio (fatiga), dificultad para realizar las tareas cotidianas, déficit cognitivos, somnolencia...
5. El Ruido, los atascos de tráfico, la contaminación...
Cualquiera de estos factores puede causar estrés, excitando el sistema nervioso autónomo, sobre todo si añadimos falta de tiempo, impaciencia, sensación de impotencia. Cuántas veces en nuestra propia casa la televisión, los electrodomésticos, el móvil, la música de nuestros hijos, etc. todo junto forma un cóctel de ruido intolerable.
6: Los sentimientos de frustración:
Los podemos experimentar cuando no podemos realizar lo que queremos o no podemos alcanzar las metas que nos proponemos.
7. La autoestima:
Las personas con baja autoestima e inseguros son más propensos a padecer estrés/ansiedad que los que tienen una imagen segura y positiva de sí mismos.
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(Información extraída y actualizada en su mayoría de: Protocolo de Relajación. Salud Mental. Subdirección de Salud Mental. Servicio Murciano de Salud. Murcia, 2004)
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