lunes, 6 de febrero de 2023

Hiperventilación

Una persona puede entrar en hiperventilación cuando respira más veces o coge mayor cantidad de aire de lo que necesita, es decir cuando toma más oxígeno del que precisa. 

Puede ser porque realice puntualmente una respiración superficial y rápida o una respiración demasiado profunda de forma seguida o bien puede ocurrir de forma acumulativa a lo largo del día, por respirar una o dos respiraciones de más por minuto o realizar suspiros o bostezos frecuentes, por el hábito de hablar rápido o comer rápido etc. 

El aumento de oxígeno (O2) en la sangre va a provocar un descenso proporcional del dióxido de carbono (CO2) que, a su vez, va a dar lugar a una serie de cambios funcionales en el organismo. Al disminuir el dióxido de carbono, la sangre se alcaliniza, se produce un estrechamiento de ciertos vasos sanguíneos y una disminución del aporte de oxígeno en determinadas zonas del cerebro y de los tejidos. Esto va a provocar una serie de sensaciones que pueden ser molestas o desagradables, pero que no son peligrosas (cansancio general, taquicardia, sensación de mareo e inestabilidad, sensación de irrealidad, sensación de ahogo o falta de aire, visión borrosa, hormigueos, pinchazos, escalofríos, rigidez muscular, sensación de calor, sofoco, sudor, opresión o dolor en el pecho…). Son síntomas similares a cuando hinchamos un globo, donde se produce un mecanismo similar por pérdida excesiva de CO2 en este caso y aumento de O2. Estos dos gases siempre están en equilibrio y cuando uno baja, el otro aumenta y viceversa. 

El cuerpo tiene unos sensores que detectan el desequilibrio de los gases, en este caso el aumento excesivo de O2, y tratan de compensarlo “frenando” un poco nuestra respiración, a través de los músculos intercostales y el diafragma, de ahí que percibamos la sensación de falta de aire, de opresión torácica, “como tener una losa en el pecho”. Hemos de saber que es un mecanismo compensatorio natural del organismo e intentar tolerar la sensación en vez de forzar la respiración mediante un gran suspiro, si éste no se logra evitar, debemos aguantar unos segundos la respiración después. 

¿CÓMO CONTROLAR LA HIPERVENTILACIÓN?: 
  • Estableciendo una respiración adecuada, es decir, tomando el oxígeno que necesitamos y no exhalar demasiado rápido el dióxido de carbono.
  • También es conveniente evitar algunas conductas que hacen descender demasiado rápido los niveles de dióxido de carbono, como suspirar y/o bostezar de forma continua, hablar alto y/o rápido también de forma continua, gritar, comer rápido….(conductas que pueden ser comunes en situaciones de ansiedad/estrés). Si no se pudieran evitar los suspiros o bostezos, conviene aguantar la respiración unos segundos a continuación como mecanismo compensatorio. 
  • Una vez comienzan a notarse los síntomas de hiperventilación, hay que iniciar la técnica de respiración abdominal cuando hay hiperventilación (reteniendo aire unos segundos en abdomen y expulsándolo lentamente), durante unas 4-5 respiraciones, para luego continuar con una respiración abdominal controlada. En esta entrada del blog se explica bien la técnica:    
  • También se puede respirar en bolsa de papel, sellando boca y nariz cuando los síntomas ya no se pueden controlar con la respiración abdominal. 
  • Otra opción es hacer algo de ejercicio vigoroso como caminar rápido o bailar o saltar para consumir el oxígeno excesivo. 

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